
Entrevistando a Noemí Campos Chillerón
“La ingeniería no solo transforma espacios, también transforma equipos. Y lo que marca la diferencia es siempre el compañerismo y la colaboración entre personas”.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, hablamos con Noemí Campos Chillerón, Gerente de Campos Obras y Proyectos S.L., con una sólida trayectoria como ingeniera. Queremos conocer su visión del sector, su experiencia profesional y el papel actual de la mujer en el ámbito técnico.
¿Qué te llevó a estudiar ingeniería y cómo recuerdas tus primeros pasos en esta profesión? ¿Cómo ha evolucionado tu visión desde entonces?
Desde pequeña he vivido la ingeniería muy de cerca, en casa. Durante los veranos, trabajaba en la empresa familiar para sacarme “unos ahorrillos”, y me gustaba el ambiente que rodea al mundo técnico: obras, esfuerzo, responsabilidad… pero también el orgullo que se respira al ver a tu equipo construir algo desde cero.
Supongo que eso fue lo que me marcó. Decidí estudiar ingeniería porque quería formar parte de ese proceso: crear, mejorar, liderar desde el conocimiento técnico.
Los primeros pasos fueron intensos, llenos de ilusión por aprender y hacer cosas, pero también de muchas inseguridades. El sector no es fácil. Con el tiempo, esa visión más ingenua se fue transformando en una convicción firme: la ingeniería no solo transforma espacios, también transforma equipos. Y lo que marca la diferencia es siempre el compañerismo y la colaboración entre personas.
¿Qué tipo de proyectos o retos técnicos te resultan más estimulantes y por qué?
Me motivan especialmente los proyectos complejos que requieren una visión global. No solo desde el punto de vista técnico (cálculo o ejecución), sino también organizativo: coordinación con equipos, relación con clientes, gestión económica…
Me apasiona combinar lo técnico con lo humano y lo estratégico. También disfruto mucho con los retos que implican aprendizaje, mejora de procesos, aumento de la eficiencia o la recuperación de obras difíciles. Me gusta cuando hay un problema y hay que abordarlo con cabeza fría.
¿Hay algún proyecto en el que hayas trabajado que recuerdes con especial orgullo o que te haya marcado especialmente?
Recuerdo con orgullo los proyectos en los que, más allá del resultado técnico, se formó un equipo fuerte, con buena comunicación y atención al detalle, incluso en contextos de dificultad.
Como decía antes, me marcan especialmente las obras complejas, en las que hay que adaptarse a cambios, tomar decisiones rápidas y sacar lo mejor de cada persona para que todo salga bien. Cuando eso ocurre, la satisfacción es indescriptible.
También me impactan los proyectos que tienen un vínculo estrecho con el entorno, donde ves que lo que haces tiene un impacto real en la vida de las personas.
¿Cómo ha sido tu experiencia liderando equipos o tomando decisiones técnicas en entornos mayoritariamente masculinos? ¿Qué aprendizajes te ha dejado y cómo gestionas ese tipo de situaciones en el día a día?
La verdad es que mi experiencia ha sido bastante buena. Por suerte, en nuestro equipo hay compañeros que siempre están dispuestos a ayudar, y eso genera un entorno natural, cómodo, donde el género no marca ninguna diferencia. Cuando hay respeto y ganas de remar en la misma dirección, las etiquetas sobran.
En cuanto a aprendizajes, destacaría que no hace falta alzar la voz para que te escuchen. Al contrario: lo que realmente marca la diferencia es anticiparse a los problemas, organizarse bien y trabajar con margen. La anticipación y la serenidad valen más que cualquier grito.
¿Qué aporta la diversidad —ya sea de género, formación o enfoques— a los equipos de ingeniería? ¿Qué crees que aún falta por hacer para fomentar entornos más inclusivos y equitativos en el sector?
La diversidad siempre suma. Cada persona aporta una forma distinta de analizar y resolver las cosas, y eso, en un equipo técnico, se nota: se mejora el resultado final, se detectan más detalles y todo fluye mejor.
Respecto a lo que aún falta, creo que necesitamos más referentes femeninos visibles, sobre todo en obra y en puestos técnicos. No por protagonismo, sino para que se vea con naturalidad, que se entienda que estamos ahí y que cada vez seamos más.
También es clave que desde la educación se anime a chicos y chicas por igual a interesarse por las carreras técnicas, sin etiquetas.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a las jóvenes interesadas en la ingeniería y a las profesionales que aspiran a ocupar puestos de responsabilidad en el sector?
Que se preparen, que estudien, que se rodeen de personas que las inspiren y que ocupen el lugar que les corresponde.
Para liderar hace falta foco, capacidad de sostener equipos y, sobre todo, saber escuchar y dejarse aconsejar. No hay una única manera válida de liderar: cada persona debe encontrar la suya, con autenticidad, confianza y trabajo bien hecho.
Campos celebra el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería
Hoy reconocemos el trabajo, la vocación y la contribución de las mujeres que forman parte del mundo de la ingeniería. Profesionales como Noemí son un ejemplo de liderazgo técnico, compromiso y visión transformadora.
En Campos creemos que la diversidad de género, formación y perspectivas enriquece nuestros equipos y nos impulsa a construir entornos más colaborativos, eficientes e innovadores.
Reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad de oportunidades y con el impulso del talento femenino en todas las etapas del desarrollo profesional.
Gracias a todas las ingenieras que marcan la diferencia y abren camino.